Muy poco sabemos de los secretos que se esconden en las fertiles entrañas de los campos bajo los cuales yacen (o se esconden) Lancia y Sublancia a nuestros ojos desde hace 2000 años.
Sin embargo, como todos hemos podido descubrir recientemente gracias al "coincidente" trazado y paso de una nueva autovía por esos mismos terrenos, hay mucho mas bajo la tierra de lo que habíamos supuesto.
Pero, para cualquier persona que, como yo, se haya acercado estos dias a comprobar si el agua ha respetado o no lo recien desenterrado podrá descubrir que, lo que se ha sobrevivido a estas agresivas "catas de emergencia" es mas, mucho mas, de lo que los responsables del atentado hubiesen deseado.
¿Que por que lo califico de atentado?.
Hasta hoy, toda mi información sobre lo apareceido de Sublancia era de oidas o por la información vertida por los medios. Hoy he estado allí, y he visto... Y, resulta, que lo visto, en lugar de tranquilizarme, hace que me preocupe mucho mas de lo esperado por el futuro del hallazgo.
Me explicaré. Acudí al yacimiento preocupado por los posibles daños causados por el agua, pero lo que ví me puso los pelos como escarpias.
No, el agua no ha destruido los hallazgos de Sublancia, lo que falta de sublancia, de sus muros, de sus calles, de sus canalizaciones y alcantarillas, de su trazado urbano, ha sido destruido por la propia obra que dió paso a las posteriores catas de emergencia.
Han sido las enormes traillas y escavadors las que han profundizado, innecesariamente en muchos casos, borrando gran parte de lo que hubiese podido encontrarse de acceder a la zona en una ordenada y programada intervención arqueologica.
Por eso el titulo de esta entrada es "La escombrera de Lancia" porque, lamentablemente, lo que no veis en la escavación, está en las enormes escombreras y taludes que rodean el yacimiento. Tegulas, lascas de pizzarra, restos de ceramica, cantos de los propios solados y cimientos, sillares...
Con lo que hay amontonado en las escombreras que rodean el yacimiento podría llenarse un museo arqueologico monotematico y, ¿adivinais que?, todo ese "material sensible" yace bajo la protección de las estrellas y la luna de septiembre en espera de una decisión sobre su futuro...
Por eso temo por lo encontrado, temo que "gracias" a esta postrera y lamentable destrucción los "responsables" de patrimonio puedan acabar decidiendo que "lo que queda", no vale nada.
Eso, sería tan lamentable como el hecho de haber entrado a saco en una zona arqueologica, pero ¿quien controla al que controla?...
domingo, 19 de septiembre de 2010
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